Posted by : Íñigo Bidegain domingo, 16 de septiembre de 2018

Hola, en esta ocasión voy a hablar de un lugar al que estoy yendo casi todos los fines de semana. Se trata de un parque natural ubicado en la precordillera de Santiago. Yo suelo ir en transporte público, por lo que pierdo bastante tiempo para llegar hasta allí, pero también es una suerte no necesitar un coche. Por otra parte me he comprado un Nikkor 200-500mm f5,6, un gran teleobjetivo que quería desde que empecé a hacer fotos. Hasta ahora no tenía dinero suficiente como para gastarlo en un objetivo caro como este, pero el disfrute que me está dando ha valido muchísimo la pena. Total que entre el objetivo y la cercanía a este parque, estoy muy motivado con la fotografía. Nunca había salido con tanta frecuencia a fotografiar y claro, se nota en la cantidad de encuentros con fauna que se tienen. Ayer fue un día muy especial. El tiempo estaba desagradable, frío, muy nublado y caía un calabobos, pero estaba muy animado y decidí salir pese a todo. Cuando llegué vi que había poca gente y los que quedaban andaban de retirada. Cuando llegué al comienzo de la subida, preparé la cámara junto al teleobjetivo, medí la luz (bastante mal por cierto) gracias a un cartel blanco y comencé la subida. En la zona de los quinchos encuentré una rapaz que nunca había visto posada en un boldo y conseguí fotografiarla antes de que saliera volando.

Resultó ser un aguilucho de primer año. Con una sonrisa seguí hacia arriba. El objetivo que tenía ese día era el de fotografiar degus, un roedor bastante grande típico de la zona central de Chile. Como siempre que me pongo un objetivo de ese tipo, fracasé. Al poco rato, todo se llenó de niebla, dando un aspecto muy distinto al habitual al parque. En un momento dado, cuando estaba preparando todo para fotografiarlos junto a sus madrigueras me alejé para echar una meadilla. Mientras estaba en acción apareció un zorro, el cual ni siquiera estaba atento a mi presencia y se asustó un poco. Nos quedamos mirandonos a apenas 2 metros ¡y yo sin la cámara!. Cuando fui a por ella, el zorro ya no estaba, como era lógico. Después de una desesperante espera a los degús mientras escuchaba a un carpinterito y unas turcas cercanas emprendí el camino de vuelta donde aproveché a fotografiar el paisaje, muy favorecido por la niebla, y una joven amancay que encontré en un rincón llena de gotas de agua. Pese a no haber visto ni un degu, fue un gran día.


Además de esto he iniciado un nuevo proyecto. Se trata de fotografiar toda la fauna posible en un año en lugares cercanos a Santiago y en parques dentro de la ciudad. La idea es tratar de que en Santiago se conozca la fauna que nos rodea (aunque no lo lee nadie) y mejorar en mi fotografía de fauna. Por ello he creado este blog.
Un besín

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