Posted by : Íñigo Bidegain sábado, 21 de febrero de 2015

Esta entrada no tiene nada que ver con la fotografía de la naturaleza, pero sin embargo, si va muy bien con el título del blog. El fin de semana pasado estuve en el carnaval de Lantz, un acontecimiento que me encanta y que sin embargo hacía mucho tiempo que no visitaba. Traté de plasmar el ambiente colorista, movido y misterioso mediante fotografías y más tarde se me ocurrió escribir una especie de pequeño relato para acompañar las fotos. He tomado la información acerca de la historia de los personajes de la web de la villa de lantz y me ha sorprendido la del Ziripot, el narrador de esta historia:

Aquella fría y aburrida tarde de invierno me disponía a buscar alguna patata de entre los sacos amontonados en el pajar que callara mis hambrientas tripas, cuando llamaron a la puerta.
-Abre Ziripot, somos nosotros-gritó un niño desde la puerta.
-Voy-Comencé a levantarme de la silla.
-¡Vamos viejo gordo!-gritó otro niño.
-Traemos huevos y leche-dijo un tercero
Les abrí la puerta y pasaron corriendo como ratones espantando a los roedores que olisqueaban y mordían las cestas vacías esparcidas por la casa.
-¡Cuentanos la historia del malvado Miel Otxin!-gritaron los niños sin dejar de saltar y correr.
Me ayudaron a sentarme y ellos lo hicieron a su vez en el suelo alrededor mía.
-¿Seguro que no preferís una historia de aventuras?
-Queremos oír la de Miel Otxin-respondió uno de los niños.
-Esta bien. La historia comienza una fría y lluviosa tarde de febrero como cualquier otra. Los pastores bajaban de los montes, los herreros echaban el cierre y todos nos íbamos a la posada a juntarnos a charlar y jugar a las cartas. Aquel día, los pastores bajaban más enfadados de lo normal. "No podemos seguir así, Miel Otxin nos ha vuelto a robar todo lo que llevábamos encima", "tendríamos que matarlo" "¿como voy a comer si todo lo que llevo del monte no llega a casa?". Los vecinos comenzaron a planear como capturarlo y matarlo y pronto todos se dirigieron a mi. "Ziripot, tu eres el más fuerte del pueblo, debes matar a Miel Otxin". Yo acepté, pues quería acabar con ese bandido de una maldita vez. Al día siguiente, en la posada, uno de los txatxus, como pasaron a llamarse los valientes vecinos que se revelaron contra Miel Otxin, vigilaba la casa de Miel Otxin. En ese momento todos los txatxus armados con horcas y palos y con la cara tapada salimos a la calle para capturar al malvado Miel Otxin.



Al acercarnos a su casa, su fiel caballo Zaldiko comenzó a agitarse y se soltó de la cuerda que le apresaba. Con el ruido, Miel Otxin salió de la casa y al ver  a todo el pueblo armado dispuesto a matarlo trató de huir. Zaldiko desbocado corría y me atacaba defendiendo a su malvado amo.


El caballo era una furia y en varias ocasiones me tiró al suelo, aunque los txatxus me ayudaban a levantarme.
Los herreros que nos acompañaban consiguieron someter a Zaldiko y colocarle las herraduras.

Ya nadie podía pararnos. Los txatxus corrían detrás de Miel Otxin para apresarlo. Miel Otxin trataba de huir pero los txatxos, ciegos de venganza no le dejaban y pronto acabó rodeado.
Miel Otxin fue llevado a la plaza donde le dieron muerte y lo quemaron. La felicidad del pueblo era enorme y pronto comenzaron los bailes en torno a las llamas que envolvían al malvado Miel Otxin, recuperando la alegría y la paz en el pueblo.


 


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