Posted by : Íñigo Bidegain miércoles, 14 de enero de 2015

 
Todos hemos estado en esos aperitivos que se ponen en la plaza del pueblo con chorizo, jamón, patatas fritas, vino y refrescos. Llegas con hambre o sed y estás deseando empezar. Pero hay un problema. Si eres el primero en meter la zarpa, es posible que tomes un papel protagonista en las tertulias nocturnas a la fresca. "el fulanito, el hijo de la mengana, el primero en empezar a comer, ¡y con qué ansia! no se si le darán de comer en casa o qué". De esa forma, todos permanecemos mirándonos esperando al momento en el que algún valiente suelte una frase que en ese momento suena como el mejor de los versos del mejor de los poemas: "Bueno que, ¿abrimos la veda?".
Estas navidades monté un comedero muy rudimentario para aves, un plato con nueces machacadas con un poco de miel, subido sobre un tocón de un manzano. Al otro lado monté un hide muy rudimentario también aunque efectivo para hacer fotos a los pájaros que se acercaran a comer. Para camuflar el plato y darle un toque decorativo añadí musgo en el posadero. Aquí se puede ver el resultado
Comedero con el plato casi vacío y el musgo para decorar y ocultar el plato
El comedero se situó en el jardín de la casa de mi pueblo por varias razones. En primer lugar, los animales ya se encuentran habituados a las estructuras humanas y a los propios humanos por lo que sería más sencillo que se acostumbraran al escondite y al comedero. Además mi presencia no les afectaría mucho. Por otro lado, observé que había bastante diversidad de aves en el jardín: carboneros, petirrojo, herrerillos, pinzones, chochín, mirlo y gorriones se dejaban ver por allí. Y por último, poner un comedero al lado de casa es comodísimo y se puede observar su comportamiento desde la ventana.
Dejé pasar un par de días tras el montaje para que se acostumbraran aunque realmente se acostumbraron muy rápido y al día de ponerlo comenzaron a comer y a subirse por el escondite.
De todos los pájaros que se suelen pasar por el jardín sólo algunas especies acudían frecuentemente a comer. Los carboneros, un petirrojo, un herrerillo, algún gorrión y los pinzones.
En pocos días, el comedero parecia el almuerzo de fiestas del pueblo. Los carboneros y el herrerillos eran como niños. Se movían por todo, volaban, se posaban en el suelo, volvían a volar, se posaban en las ramas encima del escondite y por fin se acercaban al comedero, cogían algo rapidamente y se lo llevaban para seguir con sus juegos.
Carbonero común (Parus mayor)
Carbonero común (Parus mayor). En varias ocasiones coincidieron varios carboneros sobre el comedero
Carbonero común (Parus mayor)
El herrerillo (creo que era uno) pese a ser más pequeño actuaba como un niño mayor. Era algo más desconfiado ante el comedero, ya que comienza a preocuparle el que dirán, y lo visitaba menos pero una vez dentro, aprovechaba para comer un rato. Cuando se acercaba al comedero echaba a los carboneros, los cuales volvían al poco rato a molestar al herrerillo.
Herrerillo común (Cyanistes caeruleus) abajo, acosado por un carbonero (Parus mayor)

Herrerillo común (Cyanistes caeruleus) y medio cuerpo de carbonero común(Parus mayor).
El petirrojo era sin duda el más precavido, uno de esos adultos que tiene ganas de comer pero no quiere ser el protagonista de los cotilleos y se va acercando poco a poco hasta la mesa para ir picoteando de todo un poco. Antes de pasarse a comer miraba bien todo a su alrededor. Primero desde el suelo asomado al seto donde creo que vive. Despues se subía a una tapia cercana donde permanecía un rato mirando. Ya por fin se posaba en el comedero y pasaba un rato oteando hasta que se lanzaba a la comida y permanecía un rato comiendo. Disfruté mucho haciendole fotos durante varios días, en varias poses. Una auténtica gozada. Esta es una actitud habitual en los petirrojos, les gusta posicionarse en lugares elevados para mirar con curiosidad y desconfianza a lo que pasa alrededor.
Petirrojo (Erithacus rubecula)

Petirrojo (Erithacus rubecula)
Petirrojo (Erithacus rubecula)
Petirrojo (Erithacus rubecula)
En cuanto al resto de los pájaros, se pasaban por el banquete de forma discreta, se pasaban para charlar con el resto, sin interesarse mucho por la comida. Los pinzones pasaban mucho tiempo en el jardín pero picoteando por el suelo, como suele ser habitual en ellos. Los gorriones no acudieron mucho pero conseguí una fotografía de un macho, que me gusta bastante.
Gorrión común (Erithacus rubecula)

Como se ve en todas las fotos, el fondo era bastante mejorable, pero eso será algo que dejaré para otras ocasiones. Como curiosidad resaltaré que los que más se acercaron al comedero fueron los pájaros insectívoros (carbonero, herrerillo y petirrojo) mientras que los granívoros (pinzones y gorriones) no se vieron tan atraídos por la comida. Parece que el invierno es más severo para los insectívoros y les cuesta más encontrar comida así que cuando la tienen disponible no dudan en acudir. Espero que con este aporte de comida, el invierno sea menos duro para estos pájaros.

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